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El Gobierno lanza un plan para que los "dólares del colchón" vuelvan a la economía formal

  • Foto del escritor: Nahuel Hidalgo
    Nahuel Hidalgo
  • 22 may
  • 2 Min. de lectura

Con el objetivo de atraer al sistema formal parte de los 250.000 millones de dólares que los argentinos mantienen fuera del circuito económico, el Gobierno anunció un paquete de medidas que elimina gran parte de los mecanismos de control e información financiera. Si bien la propuesta apunta a fomentar la libertad económica y reactivar la economía sin emitir ni subir impuestos, el desarme abrupto de regulaciones despertó fuertes cuestionamientos de expertos en prevención del lavado de dinero y transparencia fiscal.



Desregulación a fondo


Entre las medidas presentadas por el Ministerio de Economía se incluye la eliminación de regímenes informativos clave como el COTI, el CITI Escribanos, los reportes por parte de concesionarias de autos usados, servicios públicos, administradores de consorcios y tarjetas de crédito. Además, se eleva de 1 millón a 50 millones de pesos el umbral a partir del cual las transferencias bancarias deben ser informadas, y se prohíbe a los bancos pedir declaraciones juradas de impuestos a sus clientes.


También se oficializó la posibilidad de utilizar dólares libremente para comprar bienes durables e inmuebles, incluso a través de pagos electrónicos, sin necesidad de declarar el origen de los fondos.


La narrativa oficial: confianza y libertad


El equipo económico justificó el paquete bajo una premisa: “restablecer la confianza” en el sistema. “Queremos dejar atrás la cultura de la sospecha sobre el ciudadano que ahorra en dólares”, afirmaron. La apuesta del Gobierno es que esta flexibilización normativa incentive el consumo, la inversión y el ingreso voluntario de divisas al circuito productivo.


Pero… ¿y los controles?


Sin embargo, la desregulación casi total del flujo de dólares genera preocupación. Desde sectores especializados en prevención de delitos económicos advirtieron que el nuevo esquema puede facilitar el lavado de activos, la evasión fiscal y la financiación de actividades ilegales. Varios de los regímenes eliminados eran clave para la trazabilidad de operaciones con efectivo y movimientos de patrimonio.


“Se está habilitando un blanqueo encubierto sin ninguna exigencia a cambio”, señalan desde el ámbito académico. Incluso desde organismos internacionales se ha observado con inquietud el relajamiento de los estándares en materia de control financiero, en momentos donde Argentina busca mejorar su imagen ante el GAFI y otros foros multilaterales.


¿Una liberalización que genera confianza… o impunidad?


El plan será implementado en dos etapas: una administrativa, a través del Poder Ejecutivo y los organismos de control (ARCA y BCRA), y otra legislativa, que buscará blindar los cambios a través del Congreso. Pero la pregunta que se impone es si la confianza se construye desmantelando todas las barreras, sin mecanismos alternativos para asegurar transparencia.


Lejos de generar consenso, el anuncio abre un debate: ¿es posible combatir la informalidad económica incentivando el anonimato financiero? ¿Puede un sistema volverse más confiable eliminando todos sus filtros?


El tiempo dirá si esta estrategia logra reactivar el uso de dólares “debajo del colchón” o si, por el contrario, consolida un esquema en el que la opacidad se vuelve regla y no excepción.

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