En Quilmes, un llamado a la unidad contra el ajuste: organizaciones populares lanzaron el ciclo "Mayo de lucha y revolución"
- Conurbano Profundo
- 8 may
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En un auditorio colmado del Sindicato de Empleados Textiles de la Industria y Afines (SETIA), referentes sociales, sindicales y políticos inauguraron este sábado el ciclo "Mayo de lucha y revolución", una propuesta de formación impulsada por la Mesa Popular Quilmes que apunta a articular respuestas frente a lo que consideran una ofensiva sin precedentes del gobierno de Javier Milei contra la soberanía nacional, los derechos laborales y las libertades democráticas.

Con la presencia de organizaciones de base, dirigentes históricos y nuevos cuadros juveniles, el evento buscó trazar estrategias conjuntas de resistencia frente a un panorama de creciente exclusión social, represión institucional y políticas de entrega del patrimonio nacional. A lo largo de la jornada, las intervenciones trazaron un hilo de continuidad entre las luchas del pasado y los desafíos actuales.
Voces desde las trincheras
Tres expositores marcaron el tono de la discusión con intervenciones que conectaron memoria y militancia activa.

Gabriela Fernández, psicóloga feminista y fundadora del colectivo No Nos Callarán, advirtió que "la criminalización de la protesta social se ha profundizado bajo un discurso de libertad que esconde autoritarismo". Señaló el vaciamiento de políticas públicas para mujeres y diversidades, como el recorte a refugios, programas de contención y dispositivos de salud mental comunitaria. “Es el mismo modelo neoliberal de los años ’90, pero con marketing libertario”, denunció.
Héctor “Gringo” Amichetti, secretario general de la Federación Gráfica Bonaerense, ofreció una perspectiva histórica. Sobreviviente de la oleada privatizadora de los años de Menem, comparó aquel contexto con el presente: “Entonces quemaban fábricas para justificar su venta. Hoy quieren hacer lo mismo: mostrar al Estado y a la industria nacional como inviables para entregar nuestro país al capital extranjero”. Su mensaje fue contundente: "La soberanía no se negocia, se defiende".
Desde la juventud, Diego Arellano, secretario ejecutivo de la FUA y militante del Movimiento Evita, trazó un análisis sobre la ofensiva económica y cultural del gobierno nacional. Hijo de desaparecidos, sostuvo que el plan de ajuste está diseñado para desmovilizar a las nuevas generaciones. Alertó sobre los peligros del acuerdo con el FMI y denunció la entrega de recursos estratégicos como las Islas Malvinas y la plataforma continental a empresas extranjeras: “No hay futuro posible sin soberanía”.
Gran diversidad de organizaciones que resisten
La actividad contó con la participación de un amplio espectro de organizaciones nucleadas en la Mesa Popular Quilmes. Estuvieron presentes: Movimiento Evita, SUTAP, Causa Nacional, Frente Popular Darío Santillán, Organización 25 de Mayo, La Dignidad, Corriente Popular Eva Perón, Tupac Amaru, la Agrupación de Trabajadores Jubilados Andrés Framini, Espacio Liberación, la Federación Gráfica Bonaerense, Nueva Visión, y la Comisión de Familiares y Amigos de Agustín Ramírez —en memoria del joven asesinado en 1998, cuyo caso se convirtió en símbolo de la criminalización de la juventud y de la protesta social.
También acompañaron referentes del arco político y social local como Ángel García, Daniel Gurzi, Susana Cano, y Héctor Pelozo, director de Empresas Recuperadas del Municipio de Quilmes. La coordinación general de la mesa estuvo a cargo de Orlando Agüero, militante del Frente Popular Darío Santillán e integrante de la Mesa Popular Quilmes.
Señalamientos hacia el gobierno nacional
Las críticas al gobierno de Javier Milei fueron un eje transversal. Se denunció el desmantelamiento de políticas públicas, el incremento de la pobreza y la represión sistemática de la protesta social. La ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, fue señalada por el uso de la fuerza contra jubilados, estudiantes y trabajadores en manifestaciones pacíficas.
“El ajuste no es sólo económico: es también simbólico y cultural”, señalaron varios oradores. “Nos quieren hacer creer que resistir es ilegal, que protestar es un privilegio, que organizarse es peligroso”.
Memoria activa para enfrentar el presente
El encuentro cerró con un homenaje a las luchas históricas del movimiento popular. Un mural con los rostros de Evita, Rodolfo Walsh y los 30.000 desaparecidos presidió el auditorio como recordatorio del precio que ha costado defender la justicia social y la soberanía nacional en la Argentina.
“No vinimos a llorar el pasado, sino a usar esa memoria para ganar el futuro”, concluyó Amichetti, entre aplausos. La Mesa Popular Quilmes proyecta nuevas actividades para lo que resta del mes, consolidando un espacio plural de resistencia frente al modelo de exclusión que busca imponer la ultraderecha.
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