La estafa de los Fondos de Cese Laboral" adiós a las indemnizaciones
- Redacción
- 13 may
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Hoy el Gobierno dio un paso más en su cruzada contra los derechos laborales. Con la publicación de la Resolución CNV 1066/25, se avanza en la eliminación silenciosa de las indemnizaciones por despido sin causa. Sin Congreso, sin debate parlamentario, sin sindicatos. Sin democracia.

La maniobra es tan sofisticada como brutal: transformar la indemnización en un “producto financiero”. Sí, leíste bien. A partir de ahora, las empresas podrán crear “Fondos de Cese Laboral”, administrados por entidades privadas, estructurados como Fondos Comunes de Inversión o Fideicomisos Financieros. Lo que antes era un derecho garantizado por ley, ahora dependerá de cómo se mueva el mercado.
¿Quién aporta? El empleador. ¿Quién administra? Entidades privadas. ¿Quién controla? La CNV. Pero sin respaldo estatal directo ni garantía alguna de que ese fondo cubra siquiera un despido. Y si el fondo pierde valor por inflación, devaluación o mala gestión, el empleador no responde. Lo hace el trabajador despedido, convertido en “inversor” de un instrumento que nunca eligió.

Este nuevo régimen busca reemplazar el artículo 245 de la Ley de Contrato de Trabajo. Es decir: adiós al cálculo proporcional por antigüedad. No importa si trabajaste un año o diez, cobrarás lo que diga el fondo, aunque no alcance ni para el alquiler. Y lo presentan como “voluntario”, acordado en convenios colectivos, cuando sabemos que en sectores precarizados no hay opción real: la necesidad impone y el derecho desaparece.
Nos quieren convencer de que esto es “moderno”, que “funciona en otros países”. Pero omiten decir que en Austria, Italia o Chile los sistemas de ahorro para el cese laboral son complementarios, no reemplazan la indemnización por despido injustificado. En Argentina ya existe un modelo así, en la construcción, pero fue pensado para un sector específico, con alta rotación, y surgido de la negociación colectiva. No puede generalizarse.
Además, lejos de terminar con la “industria del juicio”, esta reforma la va a multiplicar: juicios por pérdidas del fondo, por vacíos legales, por inconstitucionalidad, por diferencias mal liquidadas. Y todo esto mientras se debilita aún más el poder sindical, que ya no podrá negociar frente a un despido. Solo quedará la notificación de un banco: “Se transfirió su cuotaparte”.
El trabajo ya no será más un derecho protegido por la ley. Será una acción bursátil. Una ficha en un casino financiero. Así, el gobierno reemplaza la estabilidad por la especulación, la responsabilidad empresarial por un sistema bancario, y el derecho laboral por una ficción de “libertad” que termina siendo imposición.
Este no es un país que moderniza sus leyes laborales. Es un país que las entrega al mercado. Y lo hace, como siempre, con los trabajadores en la mira.
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