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La Hidrovía y la Soberanía Nacional: Una Entrega Inaceptable

  • Foto del escritor: Redacción
    Redacción
  • 22 nov 2024
  • 2 Min. de lectura

La reciente decisión del gobierno de Javier Milei de avanzar en la privatización de la Hidrovía Paraná-Paraguay no es solo un movimiento económico; es una decisión política que pone en juego la soberanía nacional y la seguridad estratégica de la Argentina. Este corredor fluvial, esencial para el comercio exterior del país, representa mucho más que un "negocio". Es un patrimonio nacional que debería estar protegido y gestionado por el Estado en beneficio de todos los argentinos.



La Hidrovía: arteria económica y estratégica


Por la Hidrovía transita aproximadamente el 80% de las exportaciones argentinas. Es un recurso que conecta siete provincias, involucra 79 puertos y permite la integración comercial y logística con países vecinos. Controlar este corredor no solo es clave para el desarrollo económico del país, sino también para la defensa de nuestra soberanía territorial y económica. Sin embargo, la licitación impulsada por el gobierno de Milei abre la puerta a intereses privados, muchos de ellos extranjeros, relegando al Estado a un rol secundario en la gestión de este recurso crítico.


Mensaje contundente de Agustina Propato


La diputada nacional, Agustina Propato de UxP y férrea opositora al gobierno de Milei, resumió con agudeza la indignación que esta medida genera:

'ALCOYANA-ALCOYANA

CAPRI-CAPRI

MACRI-MACRI!!!

Ya lo dijo Berugo.

Sólo un vendedor ambulante de nuestro Patrimonio Nacional catalogaría a nuestra Vía Troncal de Navegación como ‘UN NEGOCIO ÚNICO’".


La referencia al icónico conductor televisivo Berugo Carámbula, con su juego de cartas que resaltaba coincidencias obvias, no es casual. Propato destaca la similitud entre los ideales neoliberales de los 90 y las políticas de Milei: la venta indiscriminada de activos nacionales, presentados como "oportunidades únicas" para beneficiar a los mismos de siempre.




Privatización vs. Defensa Nacional


Privatizar la Hidrovía no solo pone en riesgo los ingresos que esta genera para el Estado; también compromete la capacidad de control y defensa de un recurso estratégico. Cedemos a empresas privadas el dominio de una arteria vital para nuestra economía, debilitando la posibilidad de una gestión autónoma que contemple los intereses de todas las provincias y la integridad nacional. En un contexto global donde los recursos naturales son motivo de disputas geopolíticas, entregar esta infraestructura es, como mínimo, una irresponsabilidad.


El precedente histórico y la resistencia actual


El eco de la década del 90 vuelve a sonar escucharse con esta medida. Las privatizaciones impulsadas durante aquella época no solo despojaron al país de activos estratégicos, sino que también profundizaron las desigualdades y dependencias estructurales. Sin embargo, hoy existen voces que resisten. Desde la oposición, figuras como Propato y otros líderes provinciales han enfatizado que esta decisión no solo es antipopular, sino inconstitucional, y prometen dar batalla en todos los frentes posibles.


Un llamado a defender lo nuestro


La soberanía nacional no se negocia, ni se licita. La Hidrovía debe ser gestionada con una visión de país, no como un botín que se reparte entre unos pocos. Este es un momento crítico para reflexionar sobre qué clase de Argentina queremos: una que defienda sus recursos estratégicos como pilares de su soberanía o una que los entregue al mejor postor.


En este debate no hay grises: defender la Hidrovía es defender a la Argentina. Como diría Berugo, las cartas están sobre la mesa. Y sí, ALCOYANA - ALCOYANA, MACRI - MACRI.



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