Luis "Cabezón" Fredes, un revolucionario que nos deja su lucha
- Nahuel Hidalgo
- 10 feb
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La militancia popular está de luto. Anoche partió físicamente Luis "Cabezón" Fredes, pero su legado permanece intacto, como un faro que ilumina el camino de quienes luchan por la justicia social. Luis no fue un hombre común; fue un imprescindible, un militante que entregó su vida a una causa mayor, la de los más humildes, los olvidados, los que luchan por nuestra tierra y un futuro digno.

Desde muy joven, Luis abrazó las banderas del peronismo, pero no desde la comodidad de las consignas vacías, sino desde la acción concreta y el compromiso inquebrantable. Su vida fue un ejemplo de coherencia entre el pensamiento y la práctica. No se conformó con lo establecido; cuestionó, luchó y se plantó firme ante las injusticias. Su nombre quedará para siempre ligado a las luchas por la tierra, especialmente en San Francisco Solano, donde junto a compañeros como Agustín Ramírez, fue protagonista de batallas que marcaron un antes y un después en la historia de los movimientos populares.
En los últimos años, Luis continuó su labor incansable en el Centro Comunitario COVI de Quilmes, parte de la Red de Organizaciones Comunitarias Monseñor Enrique Angelelli. Allí, junto a su compañera de vida, siguió sembrando conciencia, solidaridad y esperanza. Su trabajo no fue solo un acto de resistencia, sino una construcción colectiva que trascendió lo inmediato para proyectarse en un futuro más justo.
Luis "Cabezón" Fredes no fue solo un militante; fue un artesano de la esperanza, un patriota del pueblo. Comprendió, como pocos, la importancia de unir la política con el arte, y desde allí compuso canciones que hoy son himnos de lucha y resistencia. Su peronismo fue popular, arraigado en el barrio, en la tierra, en los sectores más combativos de la Iglesia y en el corazón de los trabajadores.
Hoy, su partida nos duele, pero también nos inspira. Porque los verdaderos revolucionarios no mueren; se multiplican en cada lucha, en cada barrio que se organiza, en cada compañero que se planta firme por los derechos del pueblo. Luis nos deja un ejemplo que no se apagará, una semilla que germinará en cada victoria del pueblo, en cada acto de justicia, en cada hombre y mujer que decida no resignarse.
Como bien dijo José Martí: "La muerte no es verdad cuando se ha cumplido bien la obra de la vida." Luis "Cabezón" Fredes no se ha ido, porque su lucha sigue viva. No lo lloramos; lo honramos continuando su camino, levantando sus banderas y sembrando, como él lo hizo, conciencia y dignidad.
Hasta la victoria siempre, compañero. Tu lucha es nuestra lucha, y tu ejemplo, nuestra guía. ¡Presente, ahora y siempre!
Hermosa nota. Hlvs cabezón!