top of page

Nada fuera de San José cambió.

  • Foto del escritor: Redacción
    Redacción
  • 29 jun
  • 1 Min. de lectura

Es como si las ideas y las acciones estuvieran presas. Solo en algunos audios se siente que algo intenta llenar tanto vacío. Porque el resto sigue igual que antes: un cuerpo sin alma.

Los que se dicen dirigentes, sin coraje ni inteligencia, solo buscan una porción de los restos que quedan. Enfrente, un león que perdió centralidad, pero que ahora tiene a los nuestros convertidos en hienas. Todo el status quo. Y este reino, como si nada pasara, mira para otro lado. Hakuna matata.


¿Cuánto tiempo más deberá pasar para hacernos cargo? ¿Cuánto dolor y sufrimiento necesitaremos para despertar?


Esto ya es el abismo. Y algunos, incluso, se sirven de él. No se trata de un nuevo Rey León. Se trata de que miles de bastardos rompan las sogas.Que no busquen un cargo, sino hacer historia. Trascenderse. Dejar el parche y el coyunturismo, y transformar, de una vez, la realidad.


Posdata: A los que hoy no se mueven porque creen que así van a sobrevivir, les aviso: ya están muertos.Y a los que no se animan porque tienen miedo a qué pasará, les digo: nada es peor que esto.


Mi generación tiene que dejar de ser la generación selfie. No podemos seguir siendo simples perros corriendo autos. O somos protagonistas, o seremos la cena de alguna hiena que se dice peronista, pero nunca lo fue. Solo se sirvió del peronismo para su poder.

Comentários


bottom of page