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Quilmes Atlético Club distinguió a Juan Domingo Perón como Presidente Honorario en 1949

  • Foto del escritor: Nahuel Hidalgo
    Nahuel Hidalgo
  • 17 abr
  • 2 Min. de lectura

En una decisión adoptada por unanimidad durante una asamblea extraordinaria, el Quilmes Atlético Club nombró al General Juan Domingo Perón como Presidente Honorario de la institución. La distinción, impulsada por la dirigencia del club fundado en 1887 por trabajadores del sur del Gran Buenos Aires, simbolizó el respaldo de las organizaciones deportivas al proyecto político del peronismo y a su política de fomento del deporte como instrumento de inclusión social.



Además del presidente de la Nación, fueron reconocidos como socios honorarios la señora Eva Duarte de Perón, el Ministro de Hacienda Ramón Cereijo, y el Gobernador bonaerense Domingo Mercante, todos ellos figuras centrales en el proceso de transformación social, económica y cultural promovido desde el gobierno.


“Este reconocimiento simboliza la unión indestructible entre el movimiento peronista y las instituciones populares”, expresó durante la ceremonia Jesús Castro, presidente del club.


El contexto deportivo de un homenaje histórico


La decisión del club coincidió con un año de logros deportivos: Quilmes obtuvo el Campeonato de Ascenso de 1949, con diez puntos de ventaja sobre su inmediato perseguidor, lo que significó el regreso a la máxima categoría del fútbol argentino. El equipo se destacó por su sólida estructura ofensiva, encabezada por la recordada delantera conformada por Cantatore, Santiago, Paraja, Cerioni y Santos.


El campeonato fue seguido con fervor por una multitud de hinchas provenientes de sectores obreros, beneficiados por las políticas de acceso al tiempo libre, al transporte y al deporte implementadas por el gobierno nacional.


La política deportiva del primer peronismo


Desde la llegada de Perón al poder en 1946, el deporte pasó a ocupar un lugar central en la agenda pública. Se creó la Secretaría de Deportes, se invirtió en infraestructura y se fortaleció a los clubes de barrio como espacios de formación integral. Perón consideraba que el deporte era una herramienta fundamental para mejorar la salud pública, generar cohesión social y promover valores como el esfuerzo colectivo y la disciplina.


“El atleta es el embajador mejor pagado de la patria”, afirmaba con frecuencia el entonces presidente, resumiendo así su visión del deporte como una proyección de la Argentina en el mundo.


El nombramiento en Quilmes se sumó a una serie de reconocimientos otorgados al jefe de Estado por instituciones de diversos ámbitos, en respuesta al impulso sin precedentes que recibió el deporte en todos sus niveles.


A 75 años, el legado permanece


Setenta y cinco años después, aquel acto conserva un fuerte valor simbólico. No solo por el contenido político de la decisión, sino también por lo que representa en la historia del deporte argentino: el momento en que clubes populares, como Quilmes, dejaron de ser espacios elitistas para transformarse en verdaderas herramientas de integración social.


El reconocimiento a Perón como Presidente Honorario es, además, un testimonio del vínculo entre el peronismo y el entramado asociativo del país: clubes, sindicatos, sociedades de fomento y cooperativas fueron actores clave en la construcción de una Argentina con mayor justicia social, participación y pertenencia.



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