Inflación, dólar y deuda: la patria no está en peligro, está en oferta
- Nahuel Hidalgo
- 9 abr
- 3 Min. de lectura
¿Viste, che? Mientras vos te vas achicando el sánguche de milanesa para que dure dos días, la inflación se agrandó como piquete de sushi en Recoleta: en marzo, en la Ciudad de Buenos Aires, metió un 3,2% y se acomodó en el podio con un 63,5% interanual. Ni el dólar paralelo se animó a tanto. Está planchado, pero con la plancha de Caputo y la tarifa paga con deuda.

La maquinita no, pero... ¿y si pedimos fiado?
“¡Al fin frenamos la maquinita!”, dicen en el gobierno, con sonrisa de libertario recién salido de la facultad privada. Pero resulta que, en vez de imprimir pesos, ahora estamos quemando los pocos dólares que tenemos. ¿Para qué? Para que el dólar paralelo no se nos vaya al demonio y no te tengas que pagar la carne que estas pagando a $13.000 a $20.000.
Pero claro, los dólares no caen del cielo, hermano. Entonces, ¿qué hizo el gobierno? Fue corriendo al Fondo Monetario Internacional, ese tío usurero que te presta plata pero después te hace comer fideos con aceite todo el mes. Le pidió unos 20.000 millones de dólares, más o menos como decirle:"Fondo querido, tirame unos mangos que estoy sosteniendo esto con cinta scotch."
¿Para qué necesita esa guita Milei?
Para reponer los dólares que se está fumando el Banco Central vendiendo reservas y frenando el dólar paralelo.
Para pagar otras deudas, incluso con el mismo FMI (sí, pedirle plata para pagarle a él, un círculo hermoso).
Para hacer parecer que todo está bajo control, aunque por abajo la economía es un castillo de naipes con ventilador.
¿Y cuál es el problema? Que ese préstamo no es gratis. Viene con condiciones, aprietes y recortes. Como si la abuela FMI te dijera:"Te presto, pero me das el control remoto, el sueldo, y el postre de los domingos."
Mirá, vos y yo sabemos que la inflación no es un monstruo que aparece de la nada. Es como ese humo que sale de abajo de la puerta: si lo ves, es porque algo adentro ya se está quemando.
Hoy la inflación sigue alta. Solo en marzo, en la Ciudad de Buenos Aires fue del 3,2%. Y mientras te dicen que el dólar está quietito y que la cosa va bien, te aumenta el pan, el bondi, el gas, la vida.
¿Por qué? Porque el gobierno no está arreglando la economía: la está emparchando con dólares prestados, ajuste brutal y un relato a todo volumen.
Y como siempre, el cuento es que esto es por nuestro bien, que es el costo de “ordenar la casa”. Pero el problema, es que la casa la están ordenando para los de siempre, para los arriba y el precio lo estamos pagando nosotros, los de abajo. Con menos sueldo, menos changa, menos laburo, menos futuro.
Así que ojo... que el truco del mago Milei no te distraiga. Porque mientras te hace mirar la galera, te están sacando la billetera.
Y no nos olvidemos del tan preciado (hoy depreciado) salario. ¿Sabías que en 2024 el consumo cayó 10% y los sueldos reales del sector privado bajaron 7%? ¿Cómo era que decías? “Este es el camino”. Y sí, es el camino... al supermercado a mirar precios como quien ve una obra de arte: sin tocar.
Así que, no te confundas. La patria no está en peligro, está en oferta.
Nahuel, excelente descripción con fina ironía, gracias✌🏼