Leila Chaher desafía el ajuste: la crisis golpea fuerte en Jujuy
- Redacción

- 16 sept
- 3 Min. de lectura
Por Nahuel Hidalgo
Jujuy, tierra de paisajes imponentes y cultura ancestral, atraviesa uno de los momentos más difíciles de los últimos tiempos. Mientras la inflación golpea con crudeza y los recursos nacionales se achican, la falta de inversión en obras públicas se siente en cada rincón de la provincia. Barrios enteros de San Salvador, Palpalá, Perico y Libertador General San Martín reclaman cloacas, pavimento, iluminación y transporte accesible. El Estado nacional ha reducido al mínimo el envío de fondos para infraestructura, lo que paralizó proyectos claves de agua potable y caminos, dejando a miles de familias a merced de servicios precarios.
En este escenario, la bronca social crece. Vecinos y organizaciones advierten que la brecha entre los anuncios oficiales y la realidad cotidiana es cada vez más profunda. “Vivimos en una provincia rica en recursos, pero pobre en oportunidades”, repiten en las asambleas barriales.

Los jubilados, en la primera línea del ajuste
Si hay un sector donde la crisis se expresa con mayor dramatismo es entre los jubilados. En Jujuy, los haberes mínimos no alcanzan para cubrir alimentos básicos ni mucho menos medicamentos. Las marchas de adultos mayores en plazas de Libertador, Palpalá y Perico se han vuelto frecuentes: carteles improvisados piden dignidad y un derecho elemental a la vejez sin miseria.

“Hoy un jubilado en Jujuy no llega a fin de mes ni con ayuda de la familia. El abandono es total”, denunciaron en radios locales. Esa angustia se multiplicó cuando, tras la aprobación en el Congreso de un aumento para recomponer mínimamente las jubilaciones, el presidente Javier Milei vetó la ley, cercenando la única esperanza de mejora que los adultos mayores habían conquistado con meses de reclamos.
El veto que encendió la bronca
La decisión presidencial cayó como un baldazo de agua fría. En las calles, los jubilados sienten que el ajuste no es una abstracción económica, sino un castigo directo contra ellos. “Nos robaron la posibilidad de vivir con un poco más de tranquilidad”, dijeron los manifestantes frente a la Casa de Gobierno provincial.
El contraste resulta brutal: mientras los legisladores habían dado un paso para reparar la injusticia histórica de las jubilaciones de miseria, el veto de Milei dejó claro que el gobierno nacional está decidido a sostener un modelo de exclusión, aun cuando eso implique sacrificar a los más vulnerables.
La voz de Leila Chaher
Ante este panorama, la diputada nacional por Jujuy, Leila Chaher, se consolidó como una de las voces más firmes en defensa de los sectores castigados. Crítica del ajuste libertario, cuestionó duramente el veto presidencial:“Es inhumano condenar a nuestros jubilados a la miseria mientras se protegen los privilegios de unos pocos. No se trata de números ni de planillas, se trata de personas que trabajaron toda su vida y merecen dignidad”.

Chaher también denunció el ahogo financiero que la Casa Rosada ejerce sobre las provincias al reducir los envíos de Aportes del Tesoro Nacional (ATN). Según la legisladora, Jujuy es una de las más afectadas: “Se castiga a las provincias del norte, se las deja sin recursos y sin obras, profundizando la desigualdad con el centro del país”.
Descontento social en crecimiento
La combinación de jubilaciones de hambre, falta de obras y ausencia de apoyo nacional alimenta un descontento que atraviesa a toda la sociedad jujeña. Comerciantes que ven caer sus ventas, jóvenes que emigran por falta de oportunidades y trabajadores estatales que temen nuevos recortes se suman a las voces críticas.
El malestar es palpable y se expresa en las calles, en los gremios y en cada mesa familiar donde la pregunta se repite: ¿cómo seguir adelante en un país que parece darle la espalda al norte?
Un llamado a la conciencia nacional
La situación de Jujuy no es un problema aislado ni localista. Es el espejo de lo que pasa en buena parte del interior profundo de la Argentina. Chaher lo sintetiza con claridad: “Si no defendemos a nuestros jubilados, a nuestros trabajadores y a nuestras provincias, el país se rompe en dos: uno para unos pocos privilegiados y otro para millones de argentinos condenados a la pobreza”.
El desafío es enorme, pero también lo es la necesidad de visibilizar lo que ocurre. La crisis jujeña, con sus jubilados en la calle, sus obras paralizadas y su juventud desalentada, es una advertencia para todos: detrás de cada número de ajuste hay vidas reales. Y el silencio, en este contexto, solo profundiza la injusticia.






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