"Somos Buenos Aires": mezcla radicales, peronistas, lilitos y socialistas para competir en PBA
- Redacción
- 11 jul
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El nuevo frente político bonaerense quiere terciar entre Kicillof y Milei, pero su receta es un cóctel de centroizquierda, centroderecha y algo más.
A días del cierre de alianzas, apareció una tercera opción en la provincia de Buenos Aires: “Somos Buenos Aires”, un frente electoral que reúne a lo que parecía imposible de juntar. Radicales, socialistas, peronistas disidentes, lilitos y hasta exfuncionarios del cordobesismo se unieron bajo un mismo lema: romper la grieta, aunque con una fórmula que muchos ya tildan de rejunte ideológico.
La alianza la encabezan nombres como Facundo Manes (UCR), Margarita Stolbizer (GEN), Emilio Monzó (Partido del Diálogo), Juan Schiaretti y Florencio Randazzo (Hacemos por Nuestro País), y los intendentes Julio Zamora (Tigre) y Fernando Gray (Esteban Echeverría), entre otros. A ellos se suman sectores de la Coalición Cívica, el socialismo santafesino, vecinalistas y referentes de estructuras locales en busca de oxígeno electoral.
La propuesta se presentará en las elecciones del 7 de septiembre con un discurso que suena moderado: educación pública, salud, derechos sociales, diálogo institucional. Pero detrás del eslogan de la “alternativa sensata” conviven líneas internas que van desde el progresismo hasta el conservadurismo republicano, pasando por peronistas incómodos con el kirchnerismo y radicales que no se alinearon con el PRO ni con los libertarios.
“Somos la esperanza de quienes no quieren votar por odio, sino por soluciones”, dijeron sus impulsores durante la presentación. Aunque desde otros sectores ya circula la crítica: “No es una avenida del medio, es una rotonda donde todos giran sin rumbo”.
El cierre de listas será el 19 de julio, y desde entonces comenzará una campaña que promete dar pelea por ese electorado volátil, cansado de los extremos pero también desconfiado de los armados improvisados.
La pregunta es simple: ¿puede una coalición con tantas diferencias internas ser algo más que una oferta decorativa? El tiempo —y las urnas— lo dirán.
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