Control bromatologico en Mc Donalds de Berazategui?
- Conurbano Profundo
- 16 nov 2024
- 2 Min. de lectura
Gacias a una investigación publicada por El Suburbano Digital, se conoció un hecho preocupante en la sucursal de McDonald’s ubicada en la Rotonda de Alpargatas, Berazategui. Según el medio, clientes de la cadena denunciaron que en el área de cajas, donde se maneja dinero, también se utiliza el espacio como depósito de panes. Esta práctica, evidenciada en un video enviado al periódico, generó indignación entre los consumidores y abrió el debate sobre la salubridad y los controles bromatológicos en el municipio.

McDonald’s intentó justificar la situación argumentando que los panes están sellados y que no existe contacto directo entre los alimentos y las operaciones de caja. Sin embargo, esto no elimina el problema central: la percepción de falta de higiene y los riesgos potenciales de contaminación cruzada. Manipular alimentos, incluso sellados, en un área destinada a manejar dinero contradice principios básicos de salubridad y puede ser motivo de preocupación para los clientes.
El artículo de El Suburbano Digital recoge además declaraciones de fuentes municipales que califican el hecho como algo que “ningún control bromatológico pasaría bajo ningún concepto”. Esta contundente afirmación pone en evidencia no solo las prácticas cuestionables de la empresa, sino también posibles fallas en el sistema de fiscalización local. Si esta situación pudo ocurrir, ¿cuántas otras pasan inadvertidas en Berazategui?
La denuncia pública es un primer paso para visibilizar estas irregularidades, pero no debería quedar ahí. Las autoridades deben tomar cartas en el asunto, reforzar las inspecciones sanitarias y garantizar que las normas bromatológicas se cumplan en todos los establecimientos. Por otro lado, empresas como McDonald’s, cuya imagen depende de la confianza de los consumidores, deben demostrar un compromiso real con la higiene y la seguridad alimentaria.
La noticia de El Suburbano Digital pone en evidencia la importancia de los medios locales como garantes de transparencia y como voz de la comunidad. En este caso, la responsabilidad recae tanto en la empresa señalada como en las autoridades municipales, que tienen la obligación de priorizar la salud pública por encima de cualquier interés comercial.
Es momento de pasar de las justificaciones a las acciones. La ciudadanía merece consumir alimentos con la seguridad de que se cumplen los estándares mínimos de salubridad, y este incidente debería ser un llamado de atención para todos los actores involucrados.
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