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El Garrahan se desangra: el ajuste mata

  • Foto del escritor: Conurbano Profundo
    Conurbano Profundo
  • 15 jul
  • 1 Min. de lectura

Por Nahuel Hidalgo


Hay cifras que no necesitan ser explicadas, sino gritadas: el presupuesto del Hospital Garrahan cayó un 54% en términos reales. No es un error técnico. No es una omisión administrativa. Es una decisión política.


Y esa decisión mata.


Cuando se vacía el presupuesto de un hospital pediátrico, no solo se despide personal ni se congelan sueldos. Se suspenden operaciones. Se postergan tratamientos oncológicos. Se cortan medicamentos. Se interrumpen seguimientos clínicos. Se abandonan vidas.


¿A quién creen que atiende el Garrahan? ¿A los hijos de los CEOS de La Libertad Avanza? No. Atiende a los pibes con cáncer de Formosa, a los bebés prematuros del conurbano, a las infancias más vulnerables del país. El Garrahan no es un hospital más: es el corazón de la salud pediátrica argentina. Y hoy lo están dejando sin sangre.


Lo más obsceno es el cinismo. Mientras los trabajadores denuncian un vaciamiento deliberado, el Gobierno pone como director a un interventor que no es pediatra ni conoce la institución, pero sí tiene un currículum de despidos y achiques. Un gerente del ajuste, al mando de un hospital que necesita humanidad, ciencia y recursos, no planillas de Excel.


Este ataque al Garrahan es un experimento de laboratorio del proyecto libertario: si logran hacer colapsar el hospital público más prestigioso, entonces pueden avanzar con todo. Después vendrán el Posadas, los hospitales provinciales, las salitas de barrio. Después vendrá el sálvese quien pueda.


Esto no es ideológico. Es criminal.


La salud no es un gasto. Es vida o muerte. Y hoy el Gobierno eligió la muerte.

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