Milei perdió por paliza en el Senado: la motosierra se quedo sin filo en el Congreso
- Redacción
- 10 jul
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El gobierno libertario sufrió este jueves una de sus peores derrotas legislativas desde que asumió. El Senado convirtió en ley, por mayoría aplastante, dos proyectos que el presidente Javier Milei había intentado frenar a toda costa: el aumento a jubilaciones y la emergencia para personas con discapacidad.

La escena fue contundente: 52 votos a favor y solo 4 abstenciones en el caso de los haberes previsionales, y una unanimidad rotunda (56 votos a 0) para la ley que busca proteger a las personas con discapacidad de los recortes y el abandono estatal. Milei, que no cuenta con mayoría propia en ninguna cámara, vio cómo su agenda de ajuste salvaje fue demolida por una oposición que esta vez se unió con firmeza.
Mientras los bloques opositores daban discursos encendidos en defensa de los más vulnerables, los senadores del oficialismo optaron por vaciar la banca y salir del recinto, como quien abandona una pelea que sabe perdida. La motosierra, al menos por hoy, no pudo mutilar más derechos.
El veto como único salvavidas
Fiel a su estilo confrontativo, Milei ya adelantó que vetará ambas leyes, apelando al poder presidencial para evitar que se concreten. Pero el Congreso puede devolverle la jugada con un rechazo al veto, lo que convertiría esta jornada en una verdadera rebelión institucional contra el ajuste sin piedad.
Incluso analistas cercanos al oficialismo admiten que el gobierno no logra construir consensos básicos ni siquiera en cuestiones sociales tan sensibles como la situación de los jubilados o las personas con discapacidad.
La calle acompaña: protestas y movilización
Mientras se votaban los proyectos, familias, organizaciones sociales y referentes de derechos humanos se concentraron frente al Congreso, denunciando el abandono estatal y exigiendo una respuesta urgente a la crisis que viven millones de personas.
“No queremos limosna, queremos dignidad”, gritaban frente a las cámaras. Y el Senado, por una vez, escuchó.
Hoy quedó claro que Milei puede gritar desde el balcón, tuitear con furia y amenazar con vetos, pero cuando se trata de leyes, no gobierna solo. El Congreso le marcó la cancha. Y la motosierra, por ahora, esta perdiendo filo.
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