Daniela Vilar en Brasil: Sin discutir el modelo económico, la crisis ambiental se profundizará
- Redacción

- 8 nov
- 3 Min. de lectura
Desde la previa de la COP 30 en Brasil, la ministra de Ambiente bonaerense Daniela Vilar llevó una postura firme: la discusión climática no puede eludir el modelo económico.

Participó del Foro de Líderes Locales, donde se encontró con representantes de gobiernos subnacionales de América Latina. Coordinaron una agenda conjunta para exigir compensaciones económicas que garanticen la transición ambiental en el Sur Global. Las líneas de acción acordadas serán presentadas en la COP 30 (Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático) que se realizará en Belém a partir del lunes 10 de noviembre.
Esta cumbre, clave para el futuro del planeta, se realiza en la Amazonía, un territorio en disputa entre la preservación y la explotación. En Río de Janeiro, la ministra participó en paneles y reuniones con representantes de América Latina para organizarse de cara a la COP 30 en Belém. Compartió espacios de discusión con secretarios de Ambiente de las capitales brasileñas del CB27 como Tainá Paula, Carlos Henrique Rios Lemos, Christopher Almada Guimarães y Carlos Sarabia; con el Director General de K-yena Ricardo Raposo; el Director de Desarrollo Ambiental de Montevideo, Leonardo Herou; entre otros.
“Cuando de la COP salgamos con mecanismos efectivos, aplicables, implementables de compensaciones ambientales para el Sur Global, habremos avanzado. Pero hasta que no discutamos en serio este modelo de producción y consumo sumamente injusto, solo se seguirá profundizando la crisis ambiental”, enfatizó Daniela Vilar en una de sus intervenciones junto al coordinador de Oxfam de Latinoamérica, Carlos Aguilar. La declaración apunta al centro de un conflicto: los países del Sur Global sostienen que financian con sus recursos naturales el desarrollo y el consumo de las naciones más ricas, que son las principales responsables de la crisis climática.
Uno de los encuentros tuvo como tema central las Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional (NDC) y el rol estratégico de los gobiernos subnacionales en la construcción de una transición ecológica justa y soberana. Allí Vilar profundizó en la importancia de la autonomía de los gobiernos locales. “Las metas climáticas centradas exclusivamente en los Estados nacionales tienen límites. Por eso, sostenemos la necesidad de que provincias y municipios cuenten con autonomía de recursos y acceso directo al financiamiento internacional”. Esta postura busca sortear una barrera común: que los fondos climáticos internacionales, manejados a nivel central, no siempre llegan de manera efectiva a las jurisdicciones donde los impactos ambientales son más graves y las necesidades de adaptación, más urgentes.
Vilar también formó parte de una encuentro de Mujeres en la Acción Climática, acompañada de Tainá de Paula, secretaria de Ambiente de Río de Janeiro; Jacinda Ardern, ex primera ministra de Nueva Zelanda; y la periodista y referente política Manuela D´Ávila. En el diálogo, se subrayó la importancia de los liderazgos de mujeres ambientalistas, y se hizo hincapié en las experiencias y políticas que entrecruzan las cuestiones de género, el cuidado ambiental y la redistribución de la riqueza.
La estrategia pasó por tejer alianzas concretas. En continuidad con los diálogos y acuerdos desarrollados, la ministra impulsa, junto a otros referentes regionales, la conformación de un Frente Ambiental Latinoamericano, un espacio de cooperación y acción conjunta que busca fortalecer la voz del Sur Global frente a los desafíos de la transición ecológica y la justicia climática. La meta es crear un bloque con peso político suficiente para negociar en igualdad de condiciones en las mesas globales.
Daniela Vilar se prepara ahora para presentarse en la COP30, representando a la provincia de Buenos Aires, al gobernador Axel Kicillof y a todo el pueblo bonaerense. Se trata de una instancia multilateral clave para avanzar en la gestión e implementación de políticas ambientales que promuevan el Buen Vivir de las comunidades. El desafío ahora es convertir estas demandas colectivas en acuerdos vinculantes y financiamiento concreto, superando la brecha que suele existir entre los discursos y la acción real en las cumbres climáticas.






Comentarios