Intendente inhumano manda a tirar olla popular a la basura
- Conurbano Profundo
- 10 jun 2024
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La insensibilidad del Intendente Adrián Rinero frente a la solidaridad y el reclamo justo de los trabajadores municipales en Devoto (Córdoba) se ha manifestado de manera preocupante y lamentable. El pasado viernes, inspectores municipales secuestraron y arrojaron en bolsas de basura la comida de una olla popular organizada por el Sindicato Unión de Obreros y Empleados Municipales (Suoem), en un acto que no solo refleja una falta de empatía, sino también una violación a los derechos de los trabajadores y a la dignidad humana.

Este evento tuvo lugar en el marco de una protesta legítima de los empleados municipales, quienes demandan mejores condiciones laborales y salariales. La respuesta del gobierno municipal, encabezado por Rinero, fue enviar inspectores de Bromatología escoltados por la policía para secuestrar los alimentos bajo el pretexto de una presunta infracción al código de convivencia. La comida, destinada a alimentar a trabajadores que perciben sueldos insuficientes y enfrentan condiciones laborales precarias, terminó en bolsas de basura, un gesto que simboliza la deshumanización y el desprecio hacia las necesidades más básicas de los ciudadanos.
El acto no solo fue una afrenta a los trabajadores que luchan por sus derechos, sino que también expuso la grave desconexión del Intendente con la realidad que viven los empleados municipales. Estos trabajadores, muchos de los cuales son "jornaleros" en negro, reciben salarios semanales de 37 mil pesos mientras cumplen funciones oficiales y utilizan herramientas municipales. La respuesta de Rinero a las demandas de estos empleados ha sido, en lugar de diálogo y comprensión, la represión y la criminalización de su protesta, evidenciada además por la detención de un manifestante bajo la acusación de agresión a un funcionario.
Las acciones del Intendente no solo son insensibles, sino también contraproducentes. Al actuar de manera coercitiva y represiva, Rinero no hace más que profundizar la desconfianza y el resentimiento entre los trabajadores y la administración municipal. Los comentarios de Víctor Lescano, secretario general del Suoem San Francisco y zona, y de Belén Lencina, secretaria de Capacitación y Derechos Humanos del sindicato, reflejan la frustración y el rechazo hacia una gestión que parece más interesada en perpetuar el miedo y la división que en buscar soluciones reales a los problemas planteados.
El caso de Devoto debería ser una llamada de atención para todas las autoridades municipales. La represión y la insensibilidad no son el camino hacia la resolución de conflictos laborales. Por el contrario, es a través del diálogo respetuoso y la atención genuina a las necesidades de los trabajadores que se pueden construir soluciones sostenibles y justas. Adrián Rinero tiene la oportunidad de rectificar su postura y mostrar verdadero liderazgo al escuchar y responder adecuadamente a las demandas de sus empleados. La dignidad y el respeto hacia los trabajadores deben ser principios fundamentales de cualquier administración que se precie de ser justa y democrática.
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