top of page

Isla Maciel: cómo un barrio histórico del conurbano bonaerense reafirmó su identidad peronista

  • Foto del escritor: Nahuel Hidalgo
    Nahuel Hidalgo
  • 9 sept
  • 5 Min. de lectura

En las elecciones legislativas bonaerenses del 7 de septiembre de 2025, un barrio humilde del conurbano sur volvió a demostrar su fidelidad histórica al peronismo. Isla Maciel, a orillas del Riachuelo, frente al barrio de La Boca, registró cifras que reflejan algo más que un simple acto electoral: un voto por la continuidad de un vínculo social, cultural y político construido durante décadas.


ree

Los números fueron contundentes. Fuerza Patria, la fuerza peronista local, cosechó un 87,70% de los votos para diputados provinciales y un 90,04% para concejales. Por su parte, La Libertad Avanza, fuerza que respalda al gobierno nacional, apenas alcanzó un 6,53%. Este resultado no se explica únicamente por la coyuntura electoral, sino por una historia de militancia, organización comunitaria y presencia estatal tangible que ha consolidado la identidad barrial en torno al peronismo.


Un barrio marcado por la historia y la marginalidad


El nombre Isla Maciel proviene de Cosme Maciel, un político santafesino que tuvo una chacra en la zona en el siglo XIX. A lo largo del tiempo, su territorio fue estigmatizado como refugio de marginalidad y conflicto, aunque también inspiró a artistas como Benito Quinquela Martín.


ree

La industrialización del siglo XX trajo frigoríficos y astilleros, consolidando su tradición obrera, pero la decadencia de estas industrias sumió al barrio en la precariedad. Dictaduras militares y la desidia política acentuaron la marginalidad, generando problemas estructurales de vivienda, servicios básicos y oportunidades laborales.


A pesar de estas dificultades, Isla Maciel se convirtió en un laboratorio de organización comunitaria. Entre 1956 y 1966, la Universidad de Buenos Aires implementó un programa de Extensión Universitaria y Educación Popular que abarcaba salud, educación y cooperativismo. Estudiantes y profesionales organizaron escuelas vespertinas, centros de salud y cooperativas de consumo y vivienda, dejando un legado que fortaleció la capacidad organizativa del barrio.


La opción por los pobres y el rol de los curas villeros


La presencia de los curas villeros marcó otro capítulo clave. Herederos del Movimiento de Sacerdotes para el Tercer Mundo y la Teología de la Liberación, eligieron vivir en la comunidad para acompañar a los más humildes. Figuras como Carlos Mugica, asesinado por la Triple A en 1974, siguen presentes en la memoria colectiva. Sacerdotes como Francisco Olveira consolidaron comedores, talleres y cooperativas de trabajo, generando ingresos y sosteniendo la trama social.

ree

Este movimiento también ejerció crítica constante a políticas de ajuste, como las cartas emitidas en 2016 contra la administración de Mauricio Macri, que desmanteló programas sociales vitales para la Isla. La cercanía con el Papa Francisco, quien fortaleció la Vicaría para las Villas de Emergencia durante su gestión como arzobispo de Buenos Aires, otorgó legitimidad moral y visibilidad nacional a este trabajo.


El Padre Paco Olveira: militancia social y compromiso político


Francisco “Paco” Olveira es un referente contemporáneo del movimiento de curas villeros, conocido por su opción preferencial por los pobres y su firme compromiso con la comunidad de Isla Maciel y el conurbano bonaerense. Aunque fue apartado de la Diócesis de Avellaneda en 2019 por el obispo Rubén Oscar Frassia, debido a sus posturas políticas y a favor del aborto, Olveira continúa su labor social a través de la Fundación Isla Maciel y su parroquia en Libertad, Merlo, donde gestiona comedores comunitarios, talleres culturales y programas de contención familiar.


ree

El Padre Paco ha sido protagonista de episodios mediáticos que lo muestran como un actor político activo: participa cada miercióles en manifestaciones frente al Congreso, defendiendo a vecinos y denunciando represión policial, y ha hecho público su apoyo a referentes del peronismo. Su trabajo le ha permitido consolidar un vínculo de confianza y lealtad con la comunidad, convirtiéndose en un símbolo de solidaridad barrial, donde la asistencia social, la educación y la contención de los más vulnerables se combinan con un compromiso político concreto.


Fundación Isla Maciel y profesionalización del trabajo social


En 2011, la Fundación Isla Maciel formalizó y amplió la labor social en el barrio. Sus programas incluyen microcréditos para mejorar viviendas, cooperativas textiles que emplean a madres solas y personas excluidas del mercado laboral, apoyo escolar y talleres para niños y adolescentes, así como un centro de prevención y tratamiento de adicciones en convenio con la provincia.


Estas iniciativas han consolidado la presencia territorial del peronismo y la percepción de que la política local es sinónimo de soluciones concretas para la vida cotidiana de los vecinos.


La militancia política: La Cámpora y el trabajo territorial


A esto se suma el rol de organizaciones políticas contemporáneas, como La Cámpora. Su acción va más allá de la militancia electoral: participan en comedores, espacios culturales y programas de capacitación y empleo, generando oportunidades de desarrollo personal y comunitario. Coordinan actividades colectivas en fechas clave, visitas a familias vulnerables y articulan con el Estado municipal para garantizar el acceso a planes sociales y servicios.


ree

Durante la pandemia, por ejemplo, La Cámpora en Isla Maciel organizó la entrega de módulos alimentarios, apoyo educativo a distancia y acompañamiento social, consolidando la confianza y la lealtad de la comunidad hacia la organización y hacia el peronismo local. La presencia constante de estos militantes refuerza la percepción de que el peronismo no es solo una fuerza electoral, sino una red de apoyo social cotidiana.


Conciencia popular y percepción de las políticas públicas


Vecinos entrevistados atribuyen la victoria peronista a mejoras concretas en la calidad de vida, en contraste con la gestión del gobierno nacional. La administración del intendente Jorge Ferraresi, en el cargo desde 2009, ha impulsado urbanizaciones de viviendas sociales, polideportivos, clubes sociales, comedores y espacios comunitarios. La obra pública visible y constante genera un efecto de identificación directa: "Antes estábamos mal, pero se llegaba a fin de mes. Ahora ni siquiera estamos comprando pollo", afirma un vecino desempleado de 40 años, en referencia al contexto económico actual.


La combinación de voto de gratitud hacía Nestór y Cristina, el rechazo al ajuste y la fuerte presencia territorial crea un escenario casi infranqueable para la oposición. La identidad cultural peronista se refleja en la simbología barrial —bustos de Néstor Kirchner, espacios con nombres kirchneristas— y en la memoria colectiva de la comunidad, que percibe al peronismo como un aliado cotidiano más que como un partido político abstracto.


Migrantes: integración y lealtad comunitaria


La Isla Maciel es un barrio que, además de su fuerte tradición obrera y peronista, ha recibido a migrantes de distintos países de América Latina y otras regiones. Estas nuevas familias no solo encontraron un espacio para vivir, sino también una comunidad que los integró y los acogió.


Los migrantes participan activamente en cooperativas, talleres y comedores gestionados por la Fundación Isla Maciel y organizaciones políticas como La Cámpora, lo que les permite generar ingresos, aprender oficios y fortalecer redes de apoyo mutuo. Muchos también se involucran en actividades culturales, educativas y deportivas, consolidando su sentido de pertenencia.


Esta integración no es superficial. Los migrantes, al sentirse incluidos y respaldados por la comunidad, desarrollan una lealtad hacia el barrio y hacia las estructuras que los apoyan, como las organizaciones sociales y políticas locales. Esa fidelidad se traduce en una participación constante en actividades comunitarias y, cuando les corresponde, en respaldo electoral hacia los referentes locales que han demostrado compromiso con su bienestar.


El caso de Isla Maciel muestra que la integración social de los migrantes no solo beneficia a quienes llegan, sino que también fortalece la cohesión del barrio y la continuidad de redes de solidaridad que atraviesan generaciones.


ree

Más que un voto, una identidad


En Isla Maciel, la política trasciende las boletas y los porcentajes. Es la historia de un barrio que, a pesar de las dificultades, ha construido durante décadas redes de solidaridad, militancia y trabajo social. La victoria del peronismo en 2025 refleja la confluencia de décadas de trabajo territorial, la acción de curas villeros, la Fundación Isla Maciel, organizaciones políticas como La Cámpora y la presencia estatal municipal.


Aquí, votar al peronismo no es solo una opción política: es un reconocimiento a un presente contrastado, tangible, donde la comunidad se siente protegida, escuchada y representada. Es un abrazo histórico entre una fuerza política y un barrio que encontró en ella identidad, supervivencia y pertenencia.

Comentarios


bottom of page