Cristina a Milei: “Más que con los pies para adelante, con chaleco de fuerza”
- Nahuel Hidalgo
- 9 ago
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En la última cadena nacional, Javier Milei salió a vender la idea de que “los salarios le ganaron a la inflación” y que los argentinos ahora comen mejor. ¿En serio? Porque acá, en el supermercado y en la casa de cualquier laburante, el kilo de asado sigue siendo un lujo y el bolsillo no da para tanto festejo.
Cristina Kirchner, que tiene más años en política que películas de maratón, no tardó en responder con la sinceridad brutal que la caracteriza. Su mensaje fue una mezcla de “che, loco, bajá un cambio” y “vos no sabés ni qué decís”. Y para los que andaban en duda, les dejó claro que no cree ni una palabra de las promesas milagrosas de Milei.
Además, la Vicepresidenta puso el dedo en la llaga sobre la tan mentada "no emisión monetaria". Según ella, el gobierno está emitiendo dinero como si fuera pan caliente para pagar la fiesta financiera: intereses por las tasas, operaciones con dólar futuro y demás malabares. Eso, claro, termina en los bolsillos de siempre, esos que nunca pierden ni un peso, mientras el argentino común se queda con las migajas y un par de memes para distraerse.
Y como si fuera poco, Cristina cerró con estilo: sus cadenas nacionales, lejos de ser discursos para arruinarle la vida a alguien, siempre tuvieron la intención (con todos sus errores y aciertos) de mejorar la vida de los argentinos. La comparación implícita es clara: si Milei tuviera cadenas nacionales de verdad, serían más parecidas a un reality de terror que a un anuncio de progreso.
En fin, parece que en esta novela política argentina nadie se guarda nada. Milei tiene su estilo agresivo y su discurso disruptivo, pero le salió alguien que no se anda con chiquitas y que le planta cara con sarcasmo, números y una buena dosis de realidad para bajar la espuma.
La pregunta que queda en el aire es: ¿quién tendrá la razón? Mientras tanto, el pueblo argentino sigue mirando, comentando y esperando que en algún momento los políticos dejen de pelear por la tele y se ocupen de lo que realmente importa: que la comida llegue a la mesa y no solo a las cadenas nacionales.

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